Viviana Vásquez.

Instantes reales.

Tardé en encontrarte, y cuando lo hice, dudé.

Pensé que eran resultados de mi imaginación, pensé que el miedo a quererte era algo común pero no, las noches que renuncié a ti e intenté dormir sin dedicarte nada de mí, fueron en vano. Hoy estoy aquí recordándome que contigo soy mejor persona, que a tu lado siempre podré caminar bajo la tormenta sin temer a la gravedad de esta, que el tiempo es sólo un artefacto del hombre para limitarte y convertirte en marioneta de la función teatral, llamada sociedad; que sí puedo, que soy más fuerte de lo que imaginé y que siempre será posible, hacer lo que tu corazón anhela.  

Todos los días son buenos, porque hay vida, porque el amor y la misericordia del Dios Sublime nos sustenta y porque tú estás.

Quédate aquí, en mi vida, porque aunque el amor tenga que darle cuenta al tiempo y todo esté predicho, contigo, las cosas jamás suceden en la medida que lo diseñan los estereotipos contemporáneos del amor.  

Quédate aquí, en mi vida, porque tu presencia es el sinónimo de mi felicidad.