La lámpara había encendido
el escenario estaba más que listo
era una cita para desafiar a lo ordinario
que se manifestaba en aquel recinto.
El universo alineaba todas sus variables
tiempo y espacio se mecían en un justo equilibrio
para que la mirada de misterio desencadenara;
olas de magia y convirtiera en eterno al instante efímero.
Dos almas intentaban tejer sagrada historia
sus miradas vaticinaban la crucifixión de lo adverso
cada verso pronunciado parecía converger;
a un viaje a la ascensión y sin escalas por el universo.
La luz de la lámpara comenzó a perder intensidad
los esquemas y las huellas de cada espíritu
hicieron antesala
lo ordinario cobro fuerza
mientras lo extraordinario fue golondrina
que emigró de la proeza para anidarse en la nostalgia.
(Ahora un silencio gobierna entre dos almas, que parece retumbar en forma de alarido, aun hay tiempo de que retorne la golondrina...eso dice mi esperanza, eso dice mi fe.)