(Pareciera que en algún rincón de mis esperanzas siempre hay una puerta de luz esperándome abierta en esos bellos astros)
Niña de ojos negros, tan negros como el vientre del mar, sutilmente intento mirarte pero sin poder evitarlo caigo en el océano cósmico de tu mirada. Atrapado, suspendido en el infinito.
Bellos son tus ojos de grafito, dibujantes de escuetos trazos que pueden plasmar mundos en la nada misma.
Tal vez, sea mi presencia suficiente para encender tus oscuras lumbreras; que mi noche encandila y este rostro de a poco quema.
Cuando miras con tus ojos abiertos
creo ver en tus pestañas una mariposa que abriendo sus alas
se muestra hermosa
en todo su esplendor,
devolviéndo al deslumbrado sol
su cortés mirada
mientras en un rosal clavada
ella besa una flor.
Tiernos ojos de cera, a las brasas calladas de mi corazón
reblandecen su nacarada patina inundandoles el amor.
Me ahogo.
Me desespero.
Y no encuentro como salir aún.
Atrayentes trampas se esconden en ti bella mujer, bajo aquellos pozos
de negro betún.
Y asi, inequívocamente, en tus dóciles charcos de brea quedó olvidado
sin que siquiera mis ojos
en profundidad a los tuyos
puedan haberles observado.
Tal vez podría morir en tus ojos
Tal vez … sin haberme dado cuenta.