El tiempo lo cura todo, lo sana, y hace todo nuevo, pero también sabe lastimar.
Trae dolor a quiénes esperan, haciendo creer que nunca va a llegar la hora de ser feliz.
Parece no hacer el mínimo esfuerzo para correr las agujas, se detiene para ver como de a poco nos derrumbamos.
Es cuestión nuestra sentarnos a mirar el reloj y esperar a que llegue ese momento de volvernos a ver como antes...
Sin temor, sin dolor, sin tristeza.
Con la nueva esperanza de encontrar el amor que el tiempo nos arrebató.