No sé si alguna vez…
les haya ocurrido algo así...
Pero las noches oscuras y frías,
tienen un hechizo especial.
Porque nos obligan a buscar
el buen calor en alguien más...
Y quizá también, a pretextar el frío
pidiendo el abrazo concupiscente.
Aquella pareja que tirita junta
bajo aquel árbol, por ejemplo...
Ha decidido darse una tregua
en los reclamos cotidianos…
Y sólo porque el frío ofende,
a raudales y más que cualquier cosa,
Piensa, (él), que el calor... (de ella)
es mejor que el de la ira injusta
Y piensa, (ella), que el reclamo (a él),
ofende menos que la sabana fría…
Y sólo por esa razón límpida y pura,
ella busque su costado (de él)...
Y se incruste ahí, como lanza.
Y él sonría resignado, tiritando...