Te busco hasta el olvido
entre los cielos de mis creces,
mientras más te miro me recuerdo,
Que aún no tienes nombre
Sólo te pido que llegues,
que me ames, y me entregues;
Sólo te pido que ilumines,
mi entrega, mis rencores.
Tengo hambre de tus celos,
de tus rezos, de tus besos;
Quiero darte estos versos,
mi corazón, mis alientos.
Quiero que naveguemos nuestras vidas,
en este bote sin salvavidas;
quiero que vivamos la ironía,
de mi pasión negra de la armonía.
Voy a cruzar el río de tu pasión,
del diluvio, y desilusión;
Voy a liberar las rejas de tu prisión,
tu libertad, es mi misión.
Guardaré tus tiernas lágrimas,
en mi cofre, de apostasías,
invocaré a los alquimistas,
y te las regreso, como estrellas.
Viajaré hasta indochina,
hasta la arena, a la luna;
afilaré mis espadas,
para verte, mi amada.
Y aquí estoy hablando,
de colgar estrellas en tu nombre,
pero creo que había olvidado,
que aún no tienes nombre.