Allá en mis tiempos gastados
Cuando los guayacanes echaban alegres flores
Yo miraba como el viento y la tarde se amaban
El sol y la luna se amaban
El Sol y el mar se amaban
Yo fui testigo de ése triángulo de amor
La Luna enamorada perseguía al Sol
Y el sol desfalleciente buscaba al mar
Y siempre ganaba el mar.
Una tarde en la playa observando
Ése triángulo de amor celestial
Caí en profundo e intemporal letargo
O quizás sólo me quedé dormido
Yo vi el rostro de mis ensueños
Ojos negros color de mi destino
Labios de rubí encarnado
Sonrisa de sirenita encantada
De ése rostro quedé prendado
Sus senos orgullosos y turgentes
Manos de marfil engarzado
Figura de maniquí engalanado
Su voz era de terciopelo
Su caminar cadencioso y atrevido
Como desafiando a las olas
De un mar embravecido
Desde entonces viví enamorado
Soñando con mi doncella idolatrada
Pinté cuadros con su mirada
Compuse canciones con su nombre.
Desde entonces todo era hermoso
Los pajarillos susurraban, las flores sonreían
Las cigarras cuchicheaban,
Y mil poemas mis manos escribieron.
Hoy sin saber cómo ni dónde
Absorto y anonadado vi tu retrato
Eras tú la mujer de mis ensueños
Tú estuviste siempre en mi alma
Eras tú el amor de mi vida.
Lima 7 / 6 / 17