Emancipado como los papeles
de tu familia,
Encontrando líos, revueltas
tejidos como lías,
Sintiendose como madera
indeleble
Barnizada al calor de tus ojos,
temiblemente inefable
Indeleble a la vida y su trágico
sentido,
Como la emancipación de su
espejo
Carmecí al dolor implacable
A tus besos, siempre inefable.
Conciencias nuevamente
Siempre inefables
A lavanda indeleble del día
Descompuestos de sacáridos
Emancipados todos.
Porque fuiste lo que decidieron de ti,
Porque emancipado estás ante
la vida,
Indeleble ante el frenesí
Siempre inefable, a lo que digo
abatido sobre la vida,
Adelante hechiza mi toque,
Ni hay una inmensidad en todo
este complejo de buena voluntad
Indeleblemente somos como animales,
El permanente de tus besos,
Vulgarmente emancipamos los latidos
de nuestro pecho,
Descanzamos los descalzos de nuestro
trecho.
Dulcemente recorres consumando
Mis guiones para guiarte,
Buscandote e inconsciente encontrándome,
Contorneandote a costillas mías,
amándome.
Descomprometido como los besos de tus
dedos,
Como las caricias a aquellas cuerdas,
Inefable es el amor,
A ti, al instrumento, al arte que te
subleva,
Doblegando mi infímo sentir
Con la extraña sensación de un laxo
De un vertigo inquisitivo y apremiante
Con tal obscuridad donde yace melodía,
El de tu cuerpo sobre otro en pleno día,
Como mil columnas al infinito
Tu enérgico sobrevuelo versus mis hojas al viento
Tu inspiración,
Tus mismísimos pasos de titán emancipado.
Cuando mis facciones cambien
de una oportunidad y entorpecen
un abanico de pretención en mi oído
Las perfidias me sumergen
Les gusta verme callar
Como sirenas inertes
Orejas ensangrentadas.
Presentías que tenía en mente
descubría tu faz formidable
Apreciaba la luz y recordaba
El abandono, el despojo
que antes solíamos amar.
Pero no te compadeces,
no dices muchas palabras,
porque yo lo he dicho todo.
Asi que mientras derramo mi sangre,
Volteas y dejas que mi cuerpo flote,
Aprecio tu rostro, entre esperanza
Sonríes conforme, indeleble instante.