¡Cuanto me alegra ver de nuevo!
estos pequeños senderos, angostos y sencillos
con apenas el espacio para dar el paso
sembrado a ambos lados con plantas floridas.
Es por estos trillos donde está todo
donde oigo las notas que tiene el silencio
se abren horizontes y montañas
fluyen laberintos donde vive el pensamiento
y un sinfín de coloridos universos.
Tú habitas estos rumbos
donde casi se siente que nos miras
Mi alma se queda quieta quieta
estática en el centro del silencio
encajando exacta
en el corazón de esta noche
mientras camino pleno
por esta senda angosta, amada.
Ninguna tentación del desierto
nuevas mercancías
algún goce para esta piel
o el regalo fino de un afecto
Nada sustituye tus delgadas sendas.
Nada más ansío
Nada más me falta
En Ti me encuentro
y me completo
No por desear un cielo
no por temer el infierno
-que sería más que suficiente-
sino por estar contigo.