Un día de verano caminando por un sendero
notamos un calor sofocante
y mientras contemplamos un precioso paisaje
vimos fascinados un hermoso río
en el cual caía una espectacular cascada.
Nos sumergimos en el río para refrescarnos.
Mientras el agua fría nos refrescaba,
y acariciaba nuestra piel,
nuestros corazones se calentaban
y manifestamos nuestro amor
con caricias, besos y abrazos,
nadamos en el río
y nuestros brazos bailaban en el agua,
el sol iluminaba nuestro corazón,
tras una serie de besos candentes,
nuestras almas suspiran de gozo.
Maravilloso el paisaje
y fascinante el amor.