Un anillo en nuestro dedo,
jurando ante un altar,
como un pacto de amor,
que juntos vamos a estar.
En tiempos de bonanza,
y en aquellos de escasez,
cuando abunden las riquezas,
o poco hubiese en nuestro haber.
Si llega la enfermedad,
o bien la salud aflora,
un corazón anuente,
sin reserva ni demora.
No es una simple promesa,
es un compromiso ante Dios,
que unidos en cuerpo y alma,
caminaremos los dos.
Una unión que dure siempre,
de la vida a la eternidad,
caminando entrelazados,
entre risa o soledad.
Mi mano te sostendrá,
si tu llegas a caer,
y espero tener la tuya,
si debo del suelo volver.
Un joya yo te puse,
y tú en mi dedo también,
un anillo que nos une,
eternamente para bien.
Sellemos este amor,
con un beso profundo,
entre lágrimas con el sí,
más bello de este mundo.
J.Moscoso.
Derechos de autor reservados.
José Antonio Moscoso Vega.
Corredores, Puntarenas, Costa Rica.
10 de setiembre 2016.