Es tan solo una palabra,
son tan solo cuatro letras,
un torrente de continuos parpadeos
que tan solo duran, una vida.
La vida es un poema,
una poesía con aroma a petricor,
una burbuja nacida de la espuma
del mar de la pasión,
de aquellos que unen los pinceles
dadores de creación.
La vida es un bosquejo
que se pinta sobre lienzo,
es una obra colorida,
el paisaje de un arrebol
que termina cuando empieza
el incoloro sueño eterno:
aquella obra ausente al sol.
Ahí donde habitan los mudos,
ahí donde duermen los ciegos,
ahí donde yacen los muertos,
aquellos sabios que no hablan
de lo que no conocen; la vida,
ese poema tornasol.