Alberto Escobar

Un buen libro

 

 

Que el final del libro signifique el inicio de la felicidad.


                                           Diógenes Laercio.

 

 

Un libro solo vive
si lo lees, si lo sientes.
Si no, esperan pendientes
sus letras que el viento silve.

Un libro solo pervive
en la memorias silentes
de quienes gozan recientes
los frutos que el sol avive
en sus páginas crujientes.

No existe mayor placer
que bucear entre frases
derretidas de la miel
del poeta bajo las fases
de la luna, de la hiel
que brota de sus vidas
cargadas de la experiencia.

Un buen libro te cambia la vida.
Te invita a descubrir ópticas no
imaginadas hasta entonces.
Te despierta de un letargo que
amenaza naufragio, te ofrece en
esta tesitura un fanal tan intenso
que verás tu camino expedito.

Un buen libro te traslada in mente
hasta un imposible belvedere del
cielo donde divisar lo indivisable.

Un libro que se precie de serlo no
precisa de facistol para ser leído.
Por muy pesado que sea, al ser
abierto, la savia flotante que surge 
de dentro lo eleva de tus manos 
cual pompa de jabón, cual espuma 
que se deja vencer por la humedad
ambiente.