Ya que no pudiste quererme como yo lo hice,
ya que no sientes nada de amor por mí,
anda complácelo, dile a él al fin que sí
y quiérelo tanto como yo te quise.
Hazlo antes de que yo venga otra vez y pise
las rosas de tu jardín que ya no son mías,
desde el principio supe que tú no me querías
y él también lo sabe, pero nunca lo dice.
Anda, dile que sí; él y tú forman una buena yunta;
nuestro adiós es una palabra solamente.
Dile que sí y podrás quererlo eternamente
y a mí no volverás a verme nunca.
Quiérelo mucho y olvida que me viste,
sé que para ti será fácil olvidarme;
yo en cambio tendré que resignarme
a vivir con tu recuerdo solo y triste.
Por eso te dejo, voy a alejarme,
aunque al pensar en ti sabré que existes;
yo sé que tú no vas a recordarme,
mi partida ha de devolverte la calma...
Y yo me iré con lágrimas en el alma
del dolor de saber ¡que nunca me quisiste!
Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
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