LLamába a la puerta
una limosna por Dios
vaya usted con Dios
y con Dios se iba
eso si, con la barriga vacía
y las alforjas a cuesta
y así de casa en casa
el pobre de antes pasaba
era poco lo que pedía
pero era menos lo que le daban
tambíen era poco lo que había
pero era a la puerta del corazón
a la que llamaba, y esta
siempre debía de estar abierta
alguien le daba, no de lo que tenia
sino de lo que le sobraba
a lo mas un trozo de pan duro
y un trozo de morcilla rancia
y con eso el pobre se confomába
un, Dios se lo pague,y hasta otro día
si es que otro día pasaba
porque con lo que comía...
Quizás con Dios se marchaba...
Y ya no volvía...