Se detiene el tiempo
estirando pesares
meciéndose
en la noche
escondiendo su calma
cuando el silencio vela
y caen sobre ella
penas del alma
calando un corazón
de cristal partido.
Inepta relación
que, de la razón
cruza la frontera.
Insolente se muestra
la sombría noche
en invierno triste
cual tizón mojado
tiñendo el alma
con frío azabache
tras el arrebol
de un triste ocaso
... y en la senda
oscurece
la esperanza.
© Eloy Mondragón