Lo he pensado muchas veces,
lo he dicho y lo he escrito
que moriré, que dejaré estos huesos
Cerraré mis ojos
y me iré a dormir a la tierra.
Un día calculando el tiempo
mientras íbamos por el campo
mi esposa hizo cuentas y lo dijo
que para esa fecha ya habremos muerto
Y, entonces, pensé como otras veces
que no importa, que así ha de ser
Y, de veras, estoy en paz
reconciliado con ese momento
viviendo en estado de fiesta
de quien goza estar aquí, haber venido
pero sin angustia por partir
a una luminosa sorpresa.
Pero repasando las cuentas
ella dijo de repente
que no sólo nosotros
que para ese tiempo
también nuestro hijo habría muerto
Entonces todo se volvió distinto
ya no era la misma muerte
ya no se moría sólo mi cuerpo
era también un pedazo de mi alma
espíritu de mi espíritu
amor de mi amor
Entonces me rasgó el dolor
en un lugar profundo
me orillé en el camino para llorar
con sólo pensar que te perdía
que un día se apaga la bella luz de su ser
y retorno a mi certeza antigua
que la muerte es la Homicida
que hiere el diamante del alma humana
que sólo Dios rescata.
Y entonces trazo una cuerda
Y avanza hasta mi último día
con el paso recto, mi palabra clara
y mi alma definida
para esperarte alma mía
y recuperarte con mi abrazo
amor de mi amor
alma de mi alma
carme de mi carne
hijo mío.