A las tres de la madrugada
Están en comunicación los árboles con las ranas
Las flores con los gatos
Todos cantan una melodía que no se explicar
El humo del cigarrillo que sale de mi boca
Lo moja la lluvia
Y lo transforma en bruma
A las tres y veintidós de la mañana
La madrugada canta para que todos duerman
Pero mis oídos son necios y mis pensamientos son bullicios
Que talan el sueño, y se convierten en sueños
Aquí todo es real
Es la hora de la verdad
El viento cruza puertas
Enjabonando los espíritus
Trepando los árboles juegan con los sapos
Y huelen flores
Los gatos son los dirigentes
La bruma la anestesia para la carne
Y un leve silencio
Siendo un grito en las líneas del papel
Se transforma en la inspiración del poeta.