Mil mariposas vuelan en mis sueños
sobre el campo dorado cae la tarde
la suave brisa juega en mis cabellos
y los labios del sol besan mi carne.
Mi cuerpo es tierra cálida que espera,
tibio surco de aromas y colores
donde tu lluvia ahonda los excesos,
libre de cierres, telas y botones.
Se estremece la piel, cantan los versos,
brotan los manantiales con ternura
boca a boca dialogan en silencio
como el rocío fresco en la llanura.
Manos de tierra y lluvia que se aferran,
cabalgando en corcel de puro fuego
brazos que alcanzan todas las fronteras,
corazón donde late mi universo.
Alma en libre albedrío que se entrega,
rendida al más intenso sentimiento
vida estrenado dulce primavera,
bajo el otoño recio de tu cuerpo.