¿En qué momento de mi ajetreada y monótona vida
te descubrí instalado en mi pensamiento??
Desnudándome el alma estabas
Y me tildaste de niña, \"reyna\", loca, soñadora y mentirosa …
Y vulneraste mis sentidos …
Y sin permitirlo yo con mi coherencia,
Te quedaste dando vueltas en mis sueños,
en mi mirada, en cada gesto, en cada minuto …
Y así me encuentro hoy … pensándote …
Pensándote se me enerva la sangre,
pensándote, duelen las mariposas que revolotean en mi panza …
pensándote, pesan las horas muertas sin encontrarte a vos,
para que me regales cualquiera de tus halagos.
Tremendo este sentimiento que fluye y fluye,
pero que sabemos bien que es sólo platónico,
porque no modificaré un ápice mi vida …
porque sé también sé que serás siempre ese hombre prohibido
porque he decidido yo, ponerme en modo “prohibida” …