He llegado, nunca es tarde,
el invierno no es eterno,
siendo cálido tu beso tierno,
como llama que siempre arde.
Anduve como cualquier marino,
navegando de mar en mar,
sin saber lo que era amar,
ignorando cual era mi destino.
Ya hace tiempo que solo sueño,
en las noches de dulce calma,
mientras a ti callado rezo.
Saludando la mañana risueño,
con la paz de quien ama,
mientras a ti callado rezo.