Que fantàstico mundo
el que llevo muy dentro,
colores, movimientos y formas,
en que todas las cosas
me dan notas melodiosas,
y se van escribiendo
en éste pentagrama,
que está en mi corazón.
Es música el ocaso,
el mar embravecido,
las noches, las estrellas,
el alba y su explendor,
la mirada y sonrisa,
de la mujer amada,
un vientre que palpita
y su hijo en su interior.
Es música el rostro
del niño negro hambriento,
la madre con sus hijos
que huyen del terror,
la ciudad desolada,
con ruinas y fantasmas,
que cantan que vivieron
una vida mejor.
Luego pulso las cuerdas
de mi guitarra amiga,
la acaricio y le entrego
gran parte de mi ser,
ella recobra vida,
porque me roba el alma,
conversa, canta, rie,
o llora de dolor.
Si te dejas llevar
por la màgia que entregan
las cuerdas con sus sones,
llegarás a mi mundo,
y los dos sentiremos
las notas màs sublimes,
que he dejado en el cielo...
porque ésas son mis obras,
que dedico al señor.