teresa ternavasio

EL NIÑO DE MIS AMORES

AL NIÑO DE MIS AMORES

 

Esta herida tan profunda, duele tanto todavía

Nunca deja de sangrar, ni de noche, ni de día

Llora el alma a escondidas, desde que se ha ido

Por eso pregunto a Dios ¿por qué lo ha permitido?

 

Ya no tengo su mirada, ni su sonrisa tan dulce

Ni siento sus manos, tirando  de mi pollera

Su insistencia caprichosa, alegrándome la vida

Y  la dicha de saberme, por él, la más querida

 

Si mi amor y mi recuerdo, sirvieran para entibiar

El helado y cruel sepulcro, un momento bastaría

No es posible aliviar el dolor de su partida

Solo quedó este cariño ¡tan inmenso!..  ¡Eterno!

 

¡No quiero felicidad! ¡Lo quiero a él a mi lado!

De las cosas de mi vida, siempre será lo Sagrado

Su ausencia es un reguero de triste soledad

Si me voy quiero encontrarlo y vivir con la Deidad