Te lo diré si quieres saber quien eres,
eres el antídoto de mis dolores.
Eres el amor de mis amores.
Eres tú sola una y mil mujeres.
Tu rostro es el espejo de tu alma,
y yo en él me recreo,
te miro a los ojos.
Y veo que en ti reina la calma.
Conocíste más dureza que ternura,
más escasez que fortuna.
Más inviernos que primaveras.
Fuíste más generosa que ninguna.
Y díste cariño sin que te lo pidiéra.