En mi pueblo Nuestro señor
cultivó un lindo jardín de rosas,
todas son madres hermosas.
En él se pueden deleitar
con el aroma y el color,
ellas son de lo mejor.
Hay una rosa blanca,
de todas, es la mayor
ella es la más bella flor
que exhala pura bondad.
También allí, se asoma
una rosa amarilla,
es una maravilla
danza con el viento,
va invitando a sus avecillas
a bailar su ritmo
dentro de este cuento.
En aquella esquina,
se puede ver una rosa roja,
ella lucha por mantener
ese perfume que sus amores
aspiran desde el amanecer.
Allá en el cielo
hay dos bellas rosas
que formaron parte de este vergel
sus pétalos han cambiado
por alas de mariposas,
para visitar las rosas hermosas
de mi jardín sin igual.
©Mirna L. Carranza Archila