Mi leona se aleja de mi;
leona en celo de singular belleza
mirada ardiente,
que juega en la puertas de mi umbral y el suyo,
de ese deseo que no se reprime
porque es descarado y apasionado,
como noche de diciembre ventosa,
y misteriosa como troncos con un musgo verde agradable,
leona mía y sólo mía tú
me reclamaste y yo me dejé reclamar,
aunque hoy lejos estás,
pronto volverás más fiera,
más hermosa,
más mía y yo más tuyo.