Solo veo una casa solitaria,
sin nadie que habite esa parcela.
Tampoco está el árbol de ciruelas,
aquel que fue plantado por mi abuelo...
y nosotros cosechábamos para que
la abuela, fabricara su rica mermelada.
Solo siento soledad y angustia sin consuelo,
unas hojas alocadas se menean con el viento
formando dibujos raros en el firmamento.
Se acabaron los trinos entre las flores de naranjo,
ya no hay limones en el limonero.
Ellos creyeron en la pasión de los sueños,
sueños que acunaron el amor que le dieron mis abuelos...
Hoy queda esta realidad en silencio
mientras el viento sopla gélido
oxidando el cielo con lamentos.
Ya partieron..., solo sombras alumbran mis recuerdos
bajo la bruma que fue disipando el tiempo.
Mas hoy me abraza el pensamiento
es la necesidad de sentir a mis ancestros
Se está muriendo la tarde
junto con mis horas sin tiempo
mientras una lluvia va mojando
mis entrañas con tantos recuerdos.