Soy un cuerpo lleno de cicatrices
que supura versos
con los dedos muertos
y los ojos tristes.
Soy un cúmulo de espinas,
un puñado de carencias,
un pecho que padece de inocencia,
un paseo grabado en la retina.
Soy el gilipollas de pecho vacío
que sonríe en el hastío
y camina corazón en mano.
Soy el beso en la mejilla de aquella noche
y el adiós que me queda sin reproches
por haber intentado seguir a tu lado.