Wellington Rigortmortiz

* EL FARO (El último pirata – Alma Oceánica)

 

En lo alto, de un faro,

el cual, el destino escogió

para idealizar mis sentimientos,

para profundizar

el amor de mi alma, estoy, y,

hoy el dolor de la misma

en los recuerdos,

a prueba de valor

dispone mi vida por sobre todo

cuanto se puede

y no entender aun, los fantasmas

que parecían vencidos, reunidos,

dispuestos están para atacarme;

todo cuanto luche internamente,

implícitamente con mi ser, al parecer,

de nada sirvió, …pues al mal,

jamás se le puede causar

dolor o temor alguno,

…lejos de aquí está el mar,

solo un río tristemente rodea

a una selva de concreto

que disfraza su verdadera

esencia de cartón

con diamantes y lentejuelas,

bisutería barata que solo engaña

a los espíritus fútiles y redundantes,

estética falaz, prisión 

que con repugnancia oculta

la realidad de miles de guerreros,

todos abandonados, destinados

a perpetuidad de la fatalidad,

guerreros que al igual que yo,

lucharon y luchan heridos en el alma

en contra de la mortaja injusta

que cubre a los sentimientos;

sin mirar hacia abajo,

en lo alto del faro

solo miro fijamente al norte,

y el mal inicia su embate

dibujándome en el firmamento

un rostro que creía ya olvidado,

una niebla gris, me genera

visiones pasadas, torpes y

fantasiosos futuros,

…todo aquello anteriormente,

furtivo fue siempre, aun

teniéndolos entre mis brazos;

el aire se envenena

perdiendo su delicado calor

que humedece la piel,

en frío mordaz se torna

estremeciéndome el alma

y el cuerpo en crueles escalofríos

de dolor, de terror, en la misma              

se presiente una tormenta,

el sentir es similar

a la llegada del éxtasis,

emanando su calor especial

el firmamento púrpura se torna, y,

al mirar definitivamente hacia abajo

con el alma inundada, mi gran cicatriz

piadosamente se abre

desangrando todo su amor y dolor

que desbordándose

en una apasionante cascada

arrasa e inunda

todo cuanto a sus pies esta,

el llanto de los ángeles que cae

lastimera y furiosamente del edén,

místicamente me ayudan

a gritar sin voz, mientras mi alma

vierte toda su liquida esencia;

…la Atlantis apocalíptica

cobra vida, dirime de ser leyenda,

ahogados los espectros y

ahuyentados los fantasmas con la lluvia,

el cadáver del romance sale a flote,

…así, llego mi triunfo,

…tan doloroso y confortante,

logre invocar al mar en mi auxilio,

en completa paz, puedo descender del faro

a rescatar aquel tesoro que me fue

canallamente hurtado, aquel tesoro que inerte

espera por reposar entre mis brazos;

…nuevamente juntos,

mientras el mar se aleja alimentado

del bien y del mal

por la prueba que el destino me impuso,

…se debelan ante mí

las ruinas de la trivialidad,

en estos momentos la verdad

se muestra ante mis ojos

como es, única, real,

…por estos instantes ya, 

la ciudad y sus seres

purificados están, todo se despeja

y se aclara en mi mente,

y antes que se desvanezca,

levanto en brazos mi tesoro inerte

llevándolo al interior de una capilla,

lugar en el cual

por el resto de los siglos,

seguirá resguardado y siendo velado,

descansando en paz, alejado

del amor, del bien y el mal.

 

Saldada ha quedado definitivamente

la deuda que mantuve con mi alma,

Dios, el faro, la ciudad, el amor

y el destino, …soy y fui el único pirata

que pudo invadir la metrópoli,

sin asesinar a nadie, sin destruir nada,

al abrir mis ojos, desde el faro

observo que todo es igual

pero ya distinto dentro de mí,

el océano me llama, su brisa salina

invoca a mi alma, me dirigiré al muelle

hacia los monumentos del fuego y la tierra

a dejar la ofrenda

de la promesa cumplida en un adiós, pues

el espíritu del mar me aguarda convertido

en una hermosa carabela.

 

“ LA TARDE MUERE,

ES HORA DE LEVAR ANCLAS,

ESTRELLAS SALVAJES

ME GUÍAN HACIA UN RUMBO NUEVO,

SIGO SIN CREER EN EL DESTINO,

AHORA ELLAS

SON LAS ÚNICAS EN QUIEN CONFÍO,

MIENTRAS, MAR ADENTRO MI ALMA

INVOCA UNA NUEVA TEMPESTAD,

A QUIEN RETAR EN UN NUEVO DUELO

PACTO DE AMOR Y DE SANGRE,

…ES TAN INEXPLICABLE,

TAN INESTABLE EL CONVIVIR

CON LA RAZÓN

Y LA DEMENCIA EN LA MENTE

CON UNA CONCIENCIA

QUE LO JUZGA TODO

SIN TENER

NINGÚN DERECHO A HACERLO…”