Yo no quiero ser
un ángel de luz,
solo quiero ser
un ángel de nubes
de colores iridiscentes,
en girones que se enroscan.
Quiero ser ángel de nubes
que brillan en las tinieblas,
que centellean de rabia,
que refulgen de amor,
que se vierten en la tierra.
¡Amiga, amigo!
¡Mira cuántos colores!
En el mundo has conocido
muy pocos de todos ellos,
en vivencias anteriores.
Debes saber, compañero,
que antes que el mismo universo,
ya existían los colores;
colores iridiscentes
en nubes que se retuercen,
en prismas polarizantes.
¡Mira, mira!
¡Todos esos colores!
¿Puedes ver
los ángeles de nubes?