Ya no puedo esconderlo
ni negarlo tampoco,
hoy tendre que aceptarlo
que soy un loco,
porque llevo en la mente
la silueta genuina
de ese ser indulgente
que tanto me fasina
y al pasar por enfrente
de una mujer divina
ser moral y prudente
mi demencia no atina,
pues no puedo perderme
el placer impetuoso
de mirar cercamente
unos ojos hermosos.
Hasta ahora es que entiendo
mi sentir tan interno
ya logre comprenderlo
que estoy enfermo,
porque llevo en las venas
la fragancia genuina
que en mi ser denfrena
mis ancias masculinas,
y al tener cercamente
a una mujer divina
lo bulgar y corriente
se me ve por encima,
pues mi mente se turba
por mirar con detalle
el baiben de unas curvas
caminar por la calle.
Y si eso es pecado
perdon al cielo hoy evoco
pues vivire condenado
a ser enfermo y loco.