¿Qué será de aquel aprendiz
de poeta olvidado,
cazador de palabras en el aire,
ingeniero de sueños,
obrero de sollozos,
plasmador de sollozos largos
en poemas cortos,
buscador, sin saber lo buscado,
en el pozo del olvido,
en el pozo del deseo,
pintor de fríos sentimientos
en cuartillas arrugadas
y por el tiempo amarillentas?
¿Qué será de aquel poetastro perdido?
¿Qué será de aquel hombre derrumbado?
¿Buscará el azul celeste
entre los acantilados blancos
del cielo atormentado?
¿Mirará más allá del horizonte
embrujado por la tibia rojiza luz
del último rayo de la tarde atrapado?
¿Buscará la paz de los mares del sur
para ahogarse en el azul turquesa de sus aguas?
¿Amanecerá náufrago en una playa
de blanca arena y corvas palmeras?
¿Estará suavemente arropado
por las frágiles olas rompientes de la playa?
¿Se mirará en el espejo de sus aguas
y verá el afligido rostro de su alma?
¿Vomitará la rabia contenida
desde lo más profundo de sus entrañas?
¿Dormirá eternamente en la placidez
del silencio de la calma?
¿Qué será de aquel poeta perdido?
¿Qué será de aquel hombre derrotado?