Me cierro por reformas, también por inventario,
liquido así los saldos, los restos y excedentes,
noticias que apuñalan, malévolas e hirientes,
y aquello que me tiene, sonámbulo, en precario.
Persigo hacer catarsis; se me hace necesario
quitarme imposiciones, los ruegos exigentes,
presagios malnacidos, dispares e insurgentes.
lo inútil procedente, lo fútil e incendiario.
La lágrima infundada la tiro, y tantos actos,
el lastre inamovible, brotando de los labios
y el ¡ay que me parece!, presente en los ensayos…
Me quedo con la vida, sus prisas y entreactos,
me quedo con tu boca: tu antídoto de agravios,
y siempre con tus ojos..., llenándome de rayos.
Autor: Deogracias González
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