No hubo tiempo
para decirnos adiós.
Hemos visto cómo
el puente se rompió.
Hubo días mudos
con algo de calor.
Pese a ello, el puente
no se levantó.
Tú a un extremo;
lo mismo que yo
sin sílabas ni vocales
con qué decirnos adiós,
presas de un orgullo que
entre nosotros cundió,
tal como el puente, que
terco y mudo se cayó…