Aquí estoy, postrado ante tu cuerpo
que llena por completo la cuartilla
la pared y la estancia y la memoria,
que me eclipsa, me aplasta y me vacía.
Quiero escribir pero tu piel me ciega,
tu piel arrebolada y encendida
que me envuelve como una madreselva
y que clava sus tallos en la mía.
Y solo veo la fruta de tus pechos,
la mórbida textura de tu grupa,
tu vientre salpicado de amapolas,
tus muslos que se ofrecen de montura.
y presiento el perfume de tu pulpa
y todo yo se retuerce y se encabrita,
mis labios se cuartean sin tus labios
y se mueren de sed sin tu ambrosia.
Aquí estoy deseando cabalgarte
sin bridas, sin bocado, sin espuelas
y morderte las crines y azuzarte
al galope por un jardin de estrellas.