Te vi,
eras tú... no me cabe duda
Sentada en el borde
de tus derrumbes
con aquel vestido largo
y tus miserias a cuesta
Eras un adagio sin partitura
el presagio de un final anunciado
una sinfonía muerta
telones que cierran
otra obra que espera...
Te vi, la mirada perdida
sombría
añorando horizontes
de esos que nunca llegan
solo destierros
desgarrados sueños
Presentías la lejanía de un instante
sin soles desnudos
ni encuentros
Eras tú, la misma que una vez sonreía
ante la inmensidad de un amor
que se marchó sin despedida
y ahora cabizbaja
eres la sombra de un silencio
Con tu rostro hundido
entre mil recuerdos
seco tu pasto
arrastrando tus desvencijados miedos
Te vi, no había dudas
eras tú
a quien la tristeza delataba
Reliquias de un instante que no fue
lluvia que nunca amainó
carta que nunca fue escrita
buque sin mástil
ni puerto de cobijas
esquela de una derrota
Buscando respuestas
entre musgos
y reliquias viejas
olvidadas en un baúl
llenos papeles amarillos
Te vi, estoy seguro
no podrías ser otra
Sentí la sombra de tu cuerpo desvanercerse
al partir hacia opuestas orillas
contando tus derrotas
Tú, entre panteones de solitudes
Yo, por mi parte
amándote
en el silencio de mis muertes.
Franky De Verona
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