Se rompió mi mañana de aquel día
en el que fui consciente de tu marcha,
se quedo congelada tu poesía
y, me sentí cubierta por su escarcha.
Mas hoy suenan alegres las campanas
bordando sus sonidos de contento.
¡De bailar y saltar, muero de ganas!,
mientras juego, traviesa, con el viento.
¡Qué ya volvió el amigo, el poeta!
El que sabe mecer sus bellos versos
haciendo con su pluma una pirueta
que nos muestra distintos universos.
Sabes que te respeto y que te quiero,
Por poeta, amigo y compañero.