Vi aquella tarde
en sus trazos de grafito
el rincón más bonito
de su alma grande.
Sin hacer alarde
de su condición de artista
en cada trazo que pinta
su existencia reinventa
desafiando al viento,
con las alas abiertas
de su noble talento.
.
Cada trazo que pinta
lleva su alma impresa
dibujando la esencia
de lo que capta su vista.
Allí en esos trazos
entre luces y sombras
pertrecha su gloria
avizorando el ocaso.
.
Allí en sus cuadrantes
y sus coordenadas
siente triunfante
su elocuencia sin palabras,
que da paz y sosiego
a quien la contempla
cuando la vida proyecta
en blanco y negro.
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Alejandro José Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela.