Somos como el sol quiere que seamos,
donde el sol sobra nos tostámos,
donde el sol falta nos blanqueamos,
donde hay sol y agua nos bañamos,
y donde reina la humedad y el calor
con el sudor nos mojamos.
Mujeres rubias donde el sol descansa
y las noches son largas, ojos color de cielo,
mujer negra de azabache con labios frescos
y cintura quebradiza, mujeres orientales
donde crece el crisantemo. la orquídea y
el cerezo, que sois las primeras en saludar
al sol, y vosotras hijas de la nieve y el sol
que guardáis en vuestro seno el calor que
es el pan diario que a todos mantiene y
cuando los hombres y mujeres se mueven
con todo lo que se mueve, como las mariposas,
los pájaros, las nubes, se forma el Arco-Iris
de colores incréibles que están ahí presentes,
que nos muestran que no hay nada imposible,
todavía no nos conocemos suficientemente,
probemos todas las frutas, todos los sabores
del bosque, todas las miéles con los ojos
cerrados para no distraernos, cerremos los
ojos cuando olámos las flores, juguemos a identificarlas,
después abrámos los ojos y despidámos al sol hasta el
amanecer y despertémosnos por poner un día más de
vida en el paraíso, juguémos que siempre nos queda
un juego por jugar, y un beso por besar.