Amor, amor, amor: te repito y no me canso,
eres la adicción que me ha llevado a ti mujer;
mi cuerpo ya se ha hecho rehén de tu canto:
lo digo aunque no parezca y me cueste creer.
Dame de tus aguas para calmar lo que clamo:
es profundo abismo el que me incita tu sed;
sentir mis sentidos bañados por tus abrazos
apagará incendio solo provocado por usted.
Quiero (necesito) que vengas con tus manos,
me arrulles con la fineza de un ángel al caer:
ansío tenerte para sentirme así de ti honrado
mientas el orbe aprecia tus besos en mi ser.
Lo diré una vez mas, aunque yo no me harto:
te quiero en mi vida, mi corazón y en la piel.