En que lugar del universo se perdieron cada uno de tus versos?
A donde se volaron aquellas palabras carnosas similares a tímidos besos?
A donde? Inquieren mis resecos huesos.
Que es de tu primera palabra de fraseo enroscado, esa siempre timida, un poca rosada? (tal vez acomplejada)
Aquella que entre tu pequeña nariz de botón y tus labios apenas sale, como si resbalara.
En que lugar están enjauladas ese coro instrumental de pequeñas aves?
Aquellas que en nuestras siestas cuchicheaban entre libustrines y cañaverales.
Ellas, que curiosas adornaban el trasfondo de tus palabras suaves.
Que instrumento me dará tu acento?
Ese que llena de vida mi alma cuando exhalas y tu garganta toca, evaporandose así en las más dulces notas.
Donde vive en ti la calma? Que brota tu hablar desperezado y fresco que a mi alma tanto descoloca.
Dame un sorbo de tus muletillas achicharradas, tus modismos de criatura, tu voz de inocencia, tu risa soñadora, tus sílabas … tan alargadas.
Porque veneno suena más efectivo en tu boca y me mata con prisa o cuando dices estrellas, ellas brillan más mágicas en tu destellante sonrisa.
Has logrado tejer mil apodos que me acobijan, cuando la noche y la lágrima complotan y me convierto en aquello que sus ojos fijan.
Hay en ti mil palabras de algodón para secar un millar de lágrimas.
Y un millón de lágrimas son las que refrescan tu infinita ternura.
Tienes tantos matices bellos que decir que muero en cada una de tus palabras, casi seria … abreviatura.