Me alegra ver
que siempre estas convencida,
gracias por apoyarme en esta vida.
Se que a veces
no soy tu mejor compañía,
pero allí estas luchando
para darme vida.
Viste una lágrima mía,
pero tu me enseñaste
a sonreír con valentía.
Fue tan difícil para mí
olvidar las agonías,
más me enseñaste
a esquivar la apatía.
Admito odio la injusticia,
y el orgullo no se atreve a ser mi amiga,
sabe que tu eres mas decidida
porque comprendiste que ser humilde
es mejor en esta vida.
Gracias por dejarme ser
“tu ángel de compañía”