NIÑOS SIN PADRE
Que hay en la mirada, si traspasan las nubes del infinito
Si los ojos desorbitados, buscan la estrella que colme su apetito
Si las lágrimas resbalan sin piedad, de aquel padre maldito
Si de la boca salen gritos de maldad, pidiendo su espacio favorito
Que hay en la sociedad, que limita la indiferencia y la arrogancia
Si en las calles pulula la ignorancia, sin importar el futuro de la infancia
Donde está la prevención del niño abandonado y su violencia
El padre engreído y movedizo, que evade responsabilidades en su ausencia
Que hay en la tristeza de aquel niño, sin padre y sin nobleza
Si las noches se vuelven un desvelo de fríos sin sueño de rudeza
Si su cuerpo es una sombra de pobreza, que invade su tristeza
Añorando al padre que lo abandonó, sin remordimientos, su grandeza
Qué hay del amor del padre, si se saciaba truhan y pendenciero
Si arrastraba por doquier mujeres de sentimientos de amores ligeros
Tan frágil como pedir perdón sin súplicas, del vago prisionero
Inocente de aquel niño abandonado, que reclama amor filial y sincero
Que hay de la verdad de aquel hijo, que el padre engendra
Si niega el pan, que arrebata de la siega y su siembra
No le hará falta si le brota de las mieles, la indulgencia
Cobarde de los ardiles, que profanan sin trincheras la violencia
Que hay de los sueños de aquel niño, si nunca fueron infantiles
Sin misericordia fueron acorralados a arrastrar aquellos fusiles
Sin sonrisas ni calores que lo abriguen, de madrigueras hostiles
Si la soledad se vuelve en rencores, taciturnos sin proyectiles
Que hay de aquel padre, ausente y olvidadizo de misterios insondables
Que reniega de aquel niño abandonado, de sus mieles miserables
De la mirada del estado y autoridades, cómplices sin perdón, abominables
Hacen del futuro inexistente, de sus lágrimas resbalen, por siempre inolvidables
Que hay de aquel niño sin padre, de cambuches se torna forajido
Sin educación ni amor, recorre las calles ávidas de aventuras temidas
Sin abrazos de consuelo, grita su llanto del desespero, de todos sufrido
La soledad lo llena de sentimientos, esperando aquella mano del padre desconocido
Que le dé estabilidad y comprendido, sin ser señalado, despreciado ni perseguido.
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga junio 15-2017