Por un puñado de gloria entre mis dedos
ansío tocar lo divino que guarda tu pecho;
navegante que va en barco hacia tu suelo
haciendo cada vez mas serio mis anhelos.
Figura que se extiende de nubes eternas
es tu silueta levantando en mi vista celos;
eres el camino que lleva a la sempiterna
tierra donde el amor es comida del cielo.
Tu boca, fruta predilecta solo para Eros,
será también mía cuando llegue entero;
no falta mucho, solo recorrer en Enero
tu cuerpo, para que mi boca tenga esto.
De mis sueños, mujer, eres el gran ego;
por ello, esperaré con humildad y fuego.