Perico
mi persona preferida en el mundo.
Cuando pienso en vos
mi alma brilla,
y en mi rostro…
una sonrisa dibujada.
Yo, en el umbral.
vos, con miedo pero con fe
me esperabas.
Con tu presencia
no necesité más nada,
mi alma de tu energía ya cargaba.
De niño en tu regazo me montabas
ico ico caballito…
al galope
mi amor por vos aumentaba.
En el patio de tu casa
el portón gritaba gol,
ahí sí que al buen fútbol se jugaba.
Que la abuela no se entere,
si una planta salía lastimada.
Bajo montañas de frazadas
a dormir me quedaba.
Y al otro día no eran los gallos
no eran los ruidos
no era nada,
solo el olor a arroz con pollo
me despertaba,
que con tanto amor
tu eterna compañera
preparaba.
Y antes de irme
rompeme, me decías
y yo con toda mi fuerza
te abrazaba.
Adolescencia, edad complicada
pero a este amor
nada lo para.
Al Brasil con mis abuelos viajé,
quien lo iba a decir,
tanto recuerdo y risas guardadas.
Hoy, en la distancia
soy consciente
de cuanto te admiro.
Tu manera de sentir
esas pequeñas cosas
que en la vida te hacen feliz.
En tu alma
puedo ver la mía.
Culpa tuya
una parte de mi corazón
se siente cuervo,
y se volvió tanguero.
Y ese humor espontáneo
con el que tanto
rompemos los huevo…
(Pobre abuela).
Gotas de felicidad
mojan a este poema,
que no termina acá.
Ya no depende de mi cuerpo
o el tuyo.
Se seguirá escribiendo
hasta el momento
en que mi alma
ya no tenga más luz.
Sos mi abuelo
sos mi hermano
sos mi amigo.
sos Perico,
mi persona preferida en el mundo.
Así que espero
con este poema poder expresar
cuanto te quiero.