Por Alberto JIMÉNEZ URE
Si un día
Experimentas
Morboso placer
Por infligir daño
No busques sermones
Ni orientación psicológica
Entre «sacerdotes» o «monjes»:
Resígnate ser un sujeto
Predestinado [a] convertirte
En quien porta una luciérnaga
Para iluminar senderos donde
Depositar el hastío que alguna vez
Se movió, respiró, discernió o pensó.
Si un día
Experimentas
Morboso placer
Por infligir daño
No te declares sociópata,
Sino una digna persona
«Dañadora no intencional»
E igual hija pródiga
De una monstruosidad
Que concede existencia
A fieles para eliminar
Del mundo a sacrílegos.
Pero, mira hacia todos lados:
Sigiloso, un apóstata se aproxima
Con intenciones de sorprenderte
Ufanándo Ufanándo [se] que tu dios no es grande
Porque está imposibilitado impedir te ajusticie
En el santuario donde rezan idólatras de fábulas.
Observa fijamente, con visión periférica,
Para que logres la extrema resolución de mi imagen
A la tuya jamás semejante ni tampoco de este tiempo.
Todos somos borradores.