No sé ver a través de tanta neblina en la carretera,
no sé tomar un retorno sin haber pasado demasiados,
no sé combatir en campo abierto, y en la trinchera
no sé guardar mi pecho de los perdigones disparados.
Cada día cambia ¡Y vaya! ¿que si cambian los días?,
¿que si cambian momentos?; el tiempo no perdona,
y si ayer reí y tú lloraste, hoy cambia el calendario,
mientras tú sonríes y yo...
Yo limpio mis zapatos con sal.