El lunes y sus clones quintillizos,
gatean al paso del tráfico diario,
con todo y su rutinario embotellamiento.
Las noticias de las seis, el sol despertando.
Las manos se oxidan en el horario,
siempre giran, estiran, cortan, repiten
la coreografía sistemática del hastío;
al son de números, pantallas y relojes.
Casi olvido que existo en el océano gris,
como una tuerca más del capitalismo.
Ruidos, hedores, producción, clientes;
exportando mi alma, por el sueldo mínimo.
Poco a poco olvido los lirios y a las ninfas,
tan solo verso gotas de cansancio;
si tan solo pudieran comerse y beberse
los sueños, los arcoíris, las alegres rimas...
Si tan solo pudiera congelarme en tus brazos,
y el mundo fuera una eterna poesía.
Tan solo vos, mi musa, recordá que por siempre
te amaré, aun sí olvidara que te amo.