Muchos años han pasado
Que fue llamado hacia el cielo
Quizás porque aquí ya todo era consuelo
Recogió su cuerpo cansado.
Aún recuerdo su caminar
Recorriendo con pasos apurados
Los caminos ignotos del destino de sus hijos
Empujándolos a ser dueños de sus destinos.
Un día estaba muy enfermo
La fiebre desgarraba mi cuerpo
Me pasaba todo el tiempo
Sudando y gimiendo
Con la cabeza gacha y el corazón ardiendo
Se pasó las noches enjugando mis sudores
Calmando mis dolores, velando mis quejidos
Pasó muchas noches despierto y encogido
Otro día mi hermano quedó atrapado
Entre el muro y las astas de un salvaje toro
Mi padre sin miedo se aventó al ruedo
Y cubriendo con su cuerpo salvó al desdichado
No gastes más de lo que ganas
Sé puntual y responsable
Nunca abandones a tus hijos
Trabaja con denuedo
Sé siempre respetuoso
No engañes sino quieres que te engañen.
Son algunos de sus sabios consejos.
Hoy que ya no está a mi lado
Cuanto lo extraño
Sus palabras a veces muy duras
Son para mi hoy grandes verdades.
Ése que en mis sueños veo
Ése que me habla sin palabras
Ése es mi viejo, mi padre, mi héroe