Pálida y triste muñeca hueca,
no hay en ti vida, tu esencia es negra.
Sombría medusa, ojos de hiena,
eres el fruto de tu cosecha.
Calculas fría todas tus huellas,
tus redes tiendes, como las hiedras,
con un murmullo de adormidera
atrapas hábil tus tiernas presas.
Los embelesas con tus halagos
y los enredas con tus engaños,
mas cuando intuyen tus objetivos,
su ansiada llama ya has consumido.
Crees que absorbiendo su inocencia,
destellarás linda, como estrella,
nada más lejos de la certeza,
serás por siempre tierra desierta.
Nada te importa sólo tú misma.
Piensas ser rosa, eres espina,
falsa apariencia, fruta podrida,
la víctima eres de tus mentiras.
Pálida y triste muñeca hueca,
alma raída de oscura estela,
la paz se escapa de tu existencia,
y no tendrás nunca horas serenas.